Condiciones de visibilidad no fueron buenas durante la mañana, pero en la tarde los helicópteros pudieron operar. En la región ya se cuentan con más de 30 mil hectáreas quemadas.
Entre tantas malas nuevas que van dejando los incendios forestales en su avasallador paso, algo bueno surgió durante la jornada de ayer. Aquello porque dada las mejoradas condiciones climáticas, los incendios lograron ser controlados de alguna medida y se detuvo su avance, lo que dio el tiempo necesario para que las autoridades organizaran en tiempo record una contraofensiva terrestre a las llamas.
En ese sentido, el delegado presidencial Gabriel Pradenas indicó que el combate por Tierra se iba a redoblar con todas las fuerzas disponibles, poniendo énfasis en los focos más complejos que se concentran principalmente en las comunas de Quillón y Quirihue.
“Hicimos un doble esfuerzo con el sector privado para incrementar el número de maquinarias y de brigadas terrestres. Contaremos con un refuerzo adicional 489 combatientes por Corma y Carabineros de Chile ha dispuesto de dos carros lanza agua con capacidad total de 12 mil litros”, aseveró.
Aunque se esperaba que las condiciones del tiempo fueran mejores para poder atacar el fuego por vía aérea, ello no fue así. La Dirección de Aeronáutica informó que la visibilidad en la mañana no era adecuada para aviones, por lo que eventualmente se permitió el uso de helicópteros. Sin embargo, estos sólo pudieron actuar en la tarde, cuando existió mejor visibilidad y salieron a combatir en Quirihue.
“Corma incorporó 11 naves adicionales para realizar este ataque cuando sea posible. Hasta el jueves pasado eran 22 naves operativas solicitadas, incorporamos cinco más y con este aporte y con este aporte de Corma vamos a poder realizar un ataque aéreo muy agresivo”, dijo.
